A principios de 2022, Sri Lanka prohibió la importación de fertilizantes químicos dando así un paso hacia la agricultura ecológica.
La intención ecologista es admirable, pero el cambio abrupto hizo que los agricultores experimentaran muchos problemas para seguir siendo productivos. Los agricultores de toda Sri Lanka protestaron durante meses por la repentina escasez.
Para ayudar a su comunidad, el equipo de Verger en asociación con Yogi empezó a compostar los residuos de la corteza de canela y a proporcionárselos a las comunidades de agricultores a un precio preferente. Como resultado, los agricultores tienen un acceso más fácil a este fertilizante sostenible producido a nivel local.