Por fin has llegado, querido septiembre – el mes clásico de “volver al trabajo”.
A menudo es suficiente con la idea de tener que volver al puesto de trabajo para que el efecto de recuperación y descanso de las bien merecidas vacaciones se disuelva en el aire.
¿Sabéis a qué me refiero? Tras semanas sin ver un monitor, la agenda ni las salas de reuniones el primer día de trabajo se nos viene encima como un aluvión. ¡Pero eso no tiene porqué ser así!
¿El ordenador todavía no arrancó del todo y el buzón ya está completamente desbordado? Para no borrar el descanso de las vacaciones junto con ese correo no tenemos que intentar recuperar todo el trabajo atrasado en las primeras horas, sino distribuir el trabajo en varios días. Así, podemos realizar cada proyecto con tiempo y cuidado, sin tener un ataque de pánico.
Las “mini pausas” pueden ser de gran ayuda. Varias pausas para descansar distribuidas a lo largo del día, para concentrarnos en la respiración son un camino ideal para enfrentarnos al trajín y centrar nuestra consciencia en el aquí y el ahora.
¿Otro truquito? Buscad un objeto, por ejemplo el teléfono, e inspirar profundamente una o dos veces antes de usarlo.
⇒ Información interesante: Modos sencillos para integrar la atención en tu rutina diaria
Durante las vacaciones no suena el despertador por las mañanas y después de la comida se puede echar una siesta sin remordimiento alguno. Pero tan pronto como hay que trabajar de nuevo comienza a notarse la falta de sueño. Para que el cansancio no tome las riendas deberías concederle al organismo suficiente descanso y acostaros temprano, para recuperar un ritmo de sueño-vigilia, adecuado. Un baño relajante antes de acostarse puede hacer milagros, lo ideal es acompañarlo de una infusión tibia y un par de ejercicios de respiración.
Cada noche ponemos el mismo despertador para ir cada mañana a la misma oficina, siempre el mismo recorrido…con el paso del tiempo puede acabar frustrando. Pero resulta muy fácil escapar de la rutina: Usa otra ruta para ir al trabajo o bájate del autobús una parada antes y recorre el último tramo dando un paseo, así descubriréis un nuevo barrio – y podéis probar cómo funciona la meditación caminando.
⇒ Información interesante: “Breathwalk ” – una forma relajante de meditar caminando
Cuando sentimos nostalgia por los lugares donde hemos pasado nuestras vacaciones podemos hojear el álbum de fotografías para retornar con nuestros pensamientos a las emociones que sentimos por aquel entonces, lejos de casa. ¿Y la guinda del pastel? ¿Qué tal sería con cocinar uno de los platos que se tomaron en las vacaciones y degustarlo escuchando una de las canciones favoritas de esas vacaciones?
Cuando es el mejor momento que en las vacaciones para hacer algo que deseamos hacer desde hace mucho, leer por fin ese libro, disfrutar de una puesta de sol o sencillamente dejarse caer en la hamaca. Todas esas actividades relajantes nos ayudan a repostar nueva energía mental y corporal. ¿Por qué esperar hasta las próximas vacaciones? Tenemos que tomarnos tiempo en los largos meses invernales para hacer cosas con las que desconectamos de la rutina. Por ejemplo yoga, un curso de idiomas, cases de cocina, ir a un concierto o al teatro.
Y, finalmente, un par de consejos para preparar la vuelta al trabajo relajada antes de comenzar las vacaciones:
¡En este contexto os deseamos buen trabajo!