¿Te levantas de un salto del colchón cuando oyes el despertador? ¿O está incluso despierto/a antes de que suene el despertador? ¿O eres uno/a de esos a los que las sábanas se les quedan pegadas y necesita como mínimo media hora hasta que se pueden levantar de la cama? ¿Te tomas cierto tiempo para ti y tus tareas o tienes que hacerlo todo con prisa y corriendo?
Si eres de los últimos entonces tus primeros momentos son, seguramente, muy turbulentos. Y el nivel de estrés ya está bastante alto , incluso antes de salir de casa. Pero si ya empiezas el día bajo tensión ¿cómo va a ser el resto del día?
¡Una buena rutina matutina es la solución para despertarse con calma!
Además de la recomendación ya conocida del Ayurveda, beber un vaso de agua tibia directamente después de levantarse, también hay otros métodos simples que nos ayudan a comenzar el día paulatinamente y sin estrés. Con una sensación de bienestar que nos acompaña durante todo nuestro día.
¡No hace falta levantarse de un salto cuando suena el despertador! Quédate tumbado/a durante unos minutos y disfruta de un masaje facial. Abre lentamente los ojos, para que se acostumbren a la luz diurna, mueve los brazos, las manos, las piernas y la espalda, estíralos.
Practicar yoga por la mañana temprano es una buena vía para comenzar el día con energía y de buen humor. Y si eres capaz de levantarte temprano, entonces no hay nada mejor que comenzar tu día “saludando al sol”.
⇒ Aquí puedes ver el vídeo con las instrucciones para practicar el saludo al sol.
Si prefieres menos movimiento de mañana, entonces debes probar estos sencillos ejercicios de respiración para repostar energía para tu día.
Siéntate manteniendo la columna recta. Cierra la nariz izquierda con el pulgar de tu mano izquierda y respira durante tres minutos solo por la nariz derecha.
¡A primera hora del día hay que mantener la calma! Antes de entrar en el bullicio de la calle es el momento idóneo para meditación, para entrar en la consciencia. Siéntate en una posición cómoda, con la espalda recta. Inspira y espira profundamente por la nariz. Concéntrate en tu respiración y observa cómo el aire entra y sale y se mueve por tu organismo. Si un pensamiento recorre ahora tu mente no lo evalúes ni lo persigas. Dirige tu atención simplemente a tu respiración. No hace falta practicar durante horas. Siete minutos son suficiente ;)
Los yogui nos enseñan que un paso básico en la preparación tradicional del ritual matutino (sadhana) es una ducha fría. El agua fría impulsa la circulación sanguínea y refuerza el sistema nervioso. Los maestros yogui recomiendan masajear antes el cuerpo con aceite de almendras y después mantener debajo del chorro de agua fría en primer lugar los brazos y las piernas, varias veces y continuar con el masaje hasta que el organismo está habituado a esa temperatura.
Si el frío matutino en todo el cuerpo no es algo que te guste, entonces llega con que laves con agua fría las manos, los codos, la cara, las orejas y los pies. Importante: ¡Trátate bien a ti y a tu cuerpo! Consulta a tu médico y pregúntale si la ducha fría matutina es apta para ti, sobre todo si tienes problemas cardiovasculares.
Mientras disfrutas de tu infusión matutina no deberías estar mirando continuamente el teléfono. ¿Qué te parece si en lugar de mirar el teléfono escribes tus pensamientos? Por ejemplo, en un diario anotando tus objetivos para ese día o los motivos por los que estás agradecido/a de ser parte de este mundo. ¡Concéntrate en tus pensamientos positivos y ahuyenta a los negativos!
¡Quien quiere despertarse bien necesita una rutina de sueño adecuada! Aquí puedes leer de nuevo nuestros consejos para un sueño placentero.
Esperamos que nuestros consejos te ayuden a encontrar tu rutina matutina perfecta. Escoge lo que mejor te vaya. ¡Y no tires la toalla, aunque al principio te resulte difícil y complicado! Pues una nueva rutina necesita cuarenta días (seguidos) para convertirse en una auténtica rutina (inconsciente).