En Yoga usamos la nariz para activar los canales energéticos por dónde circula la energía vital que viene junto con el aire, y la boca para respirar básicamente cuando queremos que la lengua participe de alguna manera.
Así mirado, parece que haya dos sitios por donde podemos respirar, pero, de hecho, son… tres, porque la nariz tiene dos orificios ¡independientes! Vamos a centrarnos en esos dos orificios de la nariz.
Existimos en un Universo dual y somos por lo tanto seres duales. La polaridad es la característica principal de este Universo. Y esos dos pequeños orificios de nuestra nariz son conectan vital y energéticamente a esa polaridad esencial.
El orificio izquierdo manifiesta la polaridad femenina y el orificio derecho manifiesta la polaridad masculina
Las polaridades no se pueden entender una sin la otra, no pueden existir una sin la otra. Ambas forman el todo. Ambas son necesarias, se complementan y se retroalimentan. No hay una mejor, una primera, una más elevada.
Cada una tiene sus cualidades y sus momentos de mayor plenitud y razón de ser en nosotros. Nosotros debemos poder disponer de ellas para nuestro más alto desarrollo y nuestra mayor plenitud en cualquier momento y etapa de nuestra vida. Todos tenemos estas dos polaridades fluyendo en nosotros, y sus principales canales por donde circulan empiezan, respectivamente, en cada orificio nasal.
El Yoga ha creado muchas y diferentes técnicas de respiración alternada para conseguir efectos sutiles y concretos, combinando orificios, ritmos, retenciones… Los dedos que usamos pueden sutilmente ayudar a enfatizar o promocionar algún efecto o cualidad.
Puedes estar algunos minutos respirando únicamente por el orificio izquierdo (tapando el derecho con un dedo) cuando necesitas relajar y aflojar, cuando necesitas una mente más creativa e intuitiva, cuando necesitas enfriar o refrescar el cuerpo…
Y puedes respirar por el orificio derecho (tapando el izquierdo) cuando necesitas más claridad mental, tener más enfoque y determinación en alguna tarea que estés desarrollando, cuando necesites estar centrada/o y concentrada/o o cuando necesitas entrar en calor o calentar el cuerpo…
El cuerpo, o mejor dicho el sistema cuerpo-mente, esta respiración alternada la hace de forma automática todo el rato, en todo momento. Este nuestro sistema vital cuerpo-mente, ya, de forma totalmente inconsciente y automática está respirando alternadamente por cada orifico durante aproximadamente de 90 a 150 minutos. Y luego cambia. Y así todo el día y toda la noche. Pero nosotros podemos cambiar el flujo de la respiración si precisamos, en esos momentos más de uno que del otro. Más actividad y brillo, o más tranquilidad y sutileza.
Es por eso por lo que si pruebas de hacer la respiración alternada puedes encontrar que te resulte más cómodo y fácil hacerlo por un lado que por el otro. Sintiendo que un lado está abierto y es totalmente cómodo y agradable respirar únicamente por él y, por el contrario, sentir que el otro orificio, a pesar de no estar resfriada/o, la sensación es de estar tapado, obstruido y que el aire no entra con facilidad y la sensación es de agobio y ahogo.
Pero, si, con calma, vamos permitiendo que en este orificio que nos parece obstruido, vaya fluyendo la respiración, sin prisa y sin forzar, poco a poco notaremos cómo se va abriendo y la respiración cada vez fluye más y mejor.
¡Pruébalo ahora mismo! Prueba de reconocer ahora por cual orificio predomina tu respiración.
Siéntate con las piernas cruzadas y la espalda bien recta. Puedes estar también en una silla con la esplada recta y ambos pies planos en el suelo. Descansa la mano izquierda sobre la rodilla izquierda, uniendo las yemas del pulgar y del índice, este gesto aporta receptividad y calma. Cierra los ojos. Tapa el orificio nasal derecho con el pulgar derecho estirando el resto de los dedos hacia arriba. Inhala profundamente por el orificio izquierdo. Al terminar la inhalación, tapa el orificio izquierdo con el meñique izquierdo, dejando el pulgar libre mientras exhalas por el orificio derecho. Cuando termines de exhalar , comienza el ciclo de nuevo, inhalando por el orificio izquierdo y exhalando por el orificio derecho. Continúa durante 11 minutos. Termina respirando profundamente varias veces y, luego, relájate.
Sentado con las piernas cruzadas o en una silla con la espalda recta y los pies planos en el suelo. Con el dedo índice de la mano derecha, cubrir el lado derecho de la nariz y respirar lenta y profundamente a través del izquierdo. La mano derecha relajada en el regazo. Los ojos cerrados. Continuar de 1 a 5 minutos. Relájate después de esta práctica.
Sentado con las piernas cruzadas, o en una silla con la esplada recta y ambos pies planos en el suelo, descansa cómodamente tu mano derecha en la rodilla derecha. Bloquea el orificio izquierdo de la nariz con el pulgar izquierdo. Respira lenta y profundamente por el orificio derecho, con los ojos cerrados. Concéntrate en tu respiración durante tres minutos. Después inspira profundamente varias veces con la nariz destapada y, luego relájate.