Con el cambio de año hacemos balance e interiorizamos nuestros pensamientos. Pero la preparación para el nuevo año con listas llenas de buenos propósitos y metas, que se deben conseguir, nos obliga a echar la vista atrás.
Si revisas de nuevo el día de ayer, el último mes o incluso el último año ¿te concentras en lo que no has conseguido o te fijas en aquello que has conseguido? ¿Piensas en lo que ha fallado o piensas en todo aquello que ha salido bien?
La capacidad de ser agradecido es un bien preciado. Nos ayuda a desarrollar una actitud positiva, gracias a la cual aprendemos a apreciar aquello que tenemos. Incluso cuando tenemos problemas. Pero esa actitud nos ayuda especialmente a recordar lo valiosas que es la vida.
Ser agradecido nos permite no rendirnos nunca, enfrentarnos con valentía a todos obstáculos y superarlos con paso rápido. La gratitud es un regalo enorme que nos debemos hacer a nosotros mismos, pero que «contagia» a los demás –una actitud de amor, amor a nuestra vida y nuestras actuaciones, que nos permite reconocer incluso los regalos pequeño y de vez en cuando ocultos que nos prepara nuestra rutina diaria.
Queremos familiarizaros con una nueva actitud: la gratitud. Intentemos practicar un poco de gratitud cada día, ya sea por la mañana temprano, antes de acostarnos o durante una pausa. ¿Cómo? Pensando también en las cosas bonitas, aunque sean muy pequeñas. En todo lo que nos hace sonreír y consigue que nuestras preocupaciones se desvanezcan. Resulta de gran ayuda escribir todo eso, para que esté claramente fijado y lo podamos consultar en los momentos difíciles, precisamente cuando parece que todo falla y solo vemos cosas negativas.
¡Si todavía no tenéis ningún «Diario de gratitud», entonces podéis descargar e imprimir nuestras Plantillas de gratitud!
Con ayuda de nuestra plantilla podéis fijar cada día tres cosas por las que dais las gracias, colorear nuestro mándala y anotar una cita, una frase o un pensamiento que os ha inspirado. ¡¿Y quizás tengáis ganas de pegar vuestras etiquetas de infusión favoritas?!
Si practicamos la gratitud aprendemos a no evaluarnos siempre desde un punto de vista negativo y nos acostumbramos a valorarnos ─no solo a nosotros mismos, sino también a nuestras decisiones y al valor que mostramos (¡algo que se muestra precisamente en las pequeñas decisiones!). La gratitud nos ayuda a estar orgullosos del camino que hemos recorrido y a alabar las pequeñas alegrías de la vida.
¡Os deseamos un nuevo año positivo que esperamos con curiosidad y llenos de esperanza y gratitud!