El té verde: ¿la prueba de que la naturaleza nos mima?

El té verde está tan arraigado en el bienestar y la historia de la humanidad que resulta difícil no sentirnos afortunados.

Cuenta la leyenda que hace unos 4 000 años, la madre naturaleza dijo: «He estado creando algo, y me gustaría compartirlo contigo», y así nació nuestra larga y hermosa relación con el té verde.

 

Un día hace mucho tiempo, allá por el 2737 a.C., un emperador chino estaba disfrutando de una bebida al aire libre cuando una brisa arrojó algunas hojas de la planta del té, Camellia sinensis, en su olla de agua hirviendo. Movido por la curiosidad, se bebió el agua con las hojas y, al igual que los amantes del té verde de hoy, al emperador le pareció que el aroma era «agradable y tenía un sabor refrescante».

 

 

Tras milenios de consumo y veneración, en el siglo VI, monjes budistas chinos llevaron el té verde a Japón, lo que explica por qué los tés verdes japoneses y chinos tienen sabores diferentes hoy en día, a pesar de que todos los tés negros, verdes y oolong provienen de la misma planta, Camellia sinensis (una pariente cercana de las camelias comunes que encontramos en los jardines).

 

Todos los tés verdes suelen recolectarse cuando la planta es joven, y luego pasan por un proceso de calentamiento para detener la oxidación. Los tés verdes chinos, como el té verde de jazmín, se dejan en la planta un poco más y luego se tuestan en una sartén, lo que les confiere un tono dorado y un sabor dulce a nuez, mientras que los tés verdes japoneses tienen un sabor más herbáceo y ligero, ya que se recolectan un poco más jóvenes y se someten a un proceso de vaporización en lugar de tostado.

 

La vaporización conserva más nutrientes que el tostado; sin embargo, todos los tés verdes son tan ricos en potentes compuestos vegetales que cada sorbo de cualquier variedad es un regalo de la naturaleza para tu bienestar. Ahora estamos enamorados de la luminosa mezcla de sabores frutales y toques cítricos de nuestro YOGI TEA® Té Verde Jengibre y Limón.

 

 

Un ritual diario que se remonta tan atrás en el tiempo, practicado con atención plena y gratitud, y con tantos beneficios para el bienestar, solo puede describirse como una relación. En otras palabras, nosotros también estamos enamorados de ti, té verde.

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