El proyecto Kumari: hacer el bien en uno de los países más pobres del mundo

La Navidad es una época de gratitud, de corresponder aquello que se recibe y de regalar.

Una de nuestras prioridades siempre ha sido lograr un efecto positivo con nuestras acciones y hacer el bien.

 

Por eso, este año también queremos aprovechar las fiestas para influir positivamente en la vida de los demás. En Nepal, uno de los países más pobres del mundo, hay un orfanato muy especial con el que mantenemos una relación muy estrecha desde su fundación en 2014. Como llevamos muchos años acompañando el proyecto, es posible que nos hayáis oído hablar de él alguna que otra vez. La fundadora del orfanato, Arun Storr, tiene raíces nepalesas y fue adoptada por Beth Eldridge, antigua empleada de YOGI TEA®, cuando tenía tan solo siete semanas. Arun bautizó el proyecto con el nombre de «Kumari», que significa princesa en nepalí, porque cree que toda niña merece ser tratada como si fuera de la realeza, independientemente de su situación familiar. Otro motivo más por el que el proyecto Kumari es de suma importancia para nosotros, y por el que queremos apoyarlo de la mejor manera posible con los beneficios de la venta de nuestro YOGI TEA® Christmas Tea.

 

A continuación, queremos contaros un poco acerca del proyecto Kumari. Este proyecto brinda a las niñas un poco de normalidad y les ofrece un hogar que les proporciona las condiciones óptimas para un futuro próspero.

 

 

Fomento de la creatividad y las perspectivas profesionales

Las 12 niñas que viven en la llamada Safe House, como también se denomina el proyecto Kumari para diferenciarse de otros orfanatos nepaleses, pueden realizar actividades artísticas y elegir entre clases de danza o música. Estas ofertas pretenden familiarizarlas paso a paso con diferentes formas de expresión, reforzar su confianza en sí mismas, infundirles pasión por el aprendizaje y permitirles que sigan aprendiendo durante toda la vida. Safe House también organiza intercambios entre las niñas y personas de contacto de distintos perfiles laborales. De esta manera, pueden hablar con profesores de arte, galeristas y artistas extranjeros, así como con ingenieros forestales, pilotos, profesionales del marketing o de las TI, para decidir qué carrera les conviene más. Dado que ahora todas las niñas son adolescentes y cursan los últimos años escolares, están explorando algunas de las salidas profesionales que conocieron en el Hogar Seguro.

 

 

Historias personales admirables

Hasta ahora, tres chicas sobresalientes han completado con éxito el programa Plus 2, un programa educativo equivalente a los estudios de secundaria. Estas jóvenes están al principio de un viaje apasionante repleto de posibilidades. El programa Plus 2 les permite profundizar en sus intereses y talentos. Muna y Minu se están adentrando en el mundo de las ciencias sociales y naturales. Muna sueña con ser psicóloga en un futuro, mientras que Minu se plantea una prometedora carrera como médico.

 

Rabina ya ha comenzado su formación en el campo de la medicina y aspira a trabajar en un hospital local o como médico en un pueblo. En cambio, las hermanas Pramila y Pramisha son verdaderas artistas. Pramila ha completado con éxito su programa Plus 2 en la especialidad de arte y ya está adquiriendo por primera vez experiencia práctica en una galería. Además, imparte clases de arte a alumnos de primaria en una escuela cercana. Pramisha, por su parte, está estudiando para aprobar el SEE, un examen de ámbito nacional que constituye el último obstáculo antes de poder ser admitida en una escuela superior de Bellas Artes.

 

 

Conseguir grandes logros juntos

Estas son tan solo algunas de las muchas historias inspiradoras que ha propiciado el Proyecto Kumari. Las distintas trayectorias de estas jóvenes se caracterizan por la determinación, la educación y la perspectiva de un futuro mejor.

 

Si queréis saber más acerca del proyecto Kumari en Nepal, podéis encontrar más información aquí.

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