Cómo pasar de la rutina al hábito para conseguir una mayor serenidad en la vida cotidiana

¿Y si hubiera una forma de encontrar la paz y serenidad en la vida cotidiana y prevenir el estrés antes de que surja? Los hábitos pueden ser una buena forma de establecer una rutina saludable en nuestra vida diaria y así vivir de forma más consciente y feliz.

¿Rutina o hábito?

Antes de ver cómo podemos crear una rutina saludable en nuestra vida diaria, veamos la diferencia entre rutina y hábito:

Cuando pensamos en un hábito, solemos pensar en algo malo, como comer dulces en exceso o malgastar el tiempo procrastinando en el sofá en lugar de movernos. Probablemente todos tenemos esos hábitos sin haberlos elegido y entrenado de forma consciente, simplemente los hacemos sin pensar.

¿Pero qué pasa con los buenos hábitos? ¿No sería mejor sorprendernos leyendo un libro, meditando o haciendo ejercicio en lugar de entregarnos a nuestros malos hábitos?

Los hábitos son actividades que realizamos de manera automática porque las hemos interiorizado tanto que ya no tenemos que pensar en ellas.

Si conseguimos hacer de las rutinas saludables un hábito, vamos a ser capaces de ir a yoga con regularidad, sin tener que pelearnos con nosotros mismos cada vez que tengamos que ir y sin dudar.

¿Cómo se convierte una rutina en un hábito?

Para convertir tus rutinas en un hábito, pueden serte de ayuda estos 5 consejos:

1. 30 días es todo lo que se necesita

Según varios estudios, basta con tres o cuatro semanas para que una rutina se convierta en un hábito. Así que si quieres hacer yoga con más regularidad, por ejemplo, necesitas ir a yoga alrededor de un mes (casi) todos los días. Después de este tiempo, notarás que apenas tienes que usar tu fuerza de voluntad y que sacarás la esterilla de yoga por la noche casi sin pensar. Después de esos 30 días, ya puedes plantearte ir al yoga solo dos o tres veces a la semana, ya que el hábito se va a mantener.

2. Los hábitos necesitan perseverancia

En los primeros 30 días es muy importante que hagas tu rutina todos los días; si solo lo haces tres o cuatro veces por semana, por ejemplo, te será mucho más difícil consolidar tu rutina. La forma más rápida de consolidar el hábito es hacerlo más o menos a la misma hora todos los días.

3. Paso a paso

No esperes dar un giro a tu vida de la noche a la mañana. Al principio puede que te fijes objetivos poco realistas. En lugar de eso, date tiempo y empieza poco a poco: por ejemplo, si quieres leer durante dos horas al día, empieza con media hora y luego ve aumentando el tiempo de forma gradual.

4. Ponte recordatorios

Una vez lleves un par de semanas, es posible que te olvides de hacer tu rutina algunos días. Para evitarlo, puedes fijarte recordatorios para hacerlo cada día. Pueden ser recordatorios visuales, como pegatinas en el espejo del baño, o sonoros, como una alarma que te recuerde cada día a una hora determinada que es el momento de salir a correr o de concentrarte en tu respiración durante diez minutos. Si al principio descuidas tu rutina con demasiada frecuencia, te resultará más difícil mantener el hábito.

5. Búscate un compañero o compañera

Encuentra a alguien con tu mismo objetivo para motivaros mutuamente cuando tengáis ganas de rendiros.

Garantiza una mayor serenidad en tu vida cotidiana

Independientemente de lo que elijas hacer (ya sea meditar con más frecuencia, hacer ejercicio o comer más sano), si lo conviertes en un hábito, podrás integrar fácilmente rutinas saludables y conscientes en tu vida diaria para sufrir menos estrés.