El té es un puente que conecta nuestro corazón y nuestras manos con las de otras personas en el mundo.
Disfrutar de una taza de nuestras infusiones te invita a formar parte de una familia global de agricultores, productores, distribuidores y amantes del té. Aunque en la caja solo aparezca «Yogi», en su interior se encuentra el trabajo de una comunidad apasionada que va más allá de esta marca.
Cuando decimos comunidad, lo decimos de verdad; nuestras relaciones con nuestros socios no son simples transacciones. Desde el procesamiento de cardamomo con emisiones reducidas y los programas educativos de agroforestería local en Guatemala hasta las inversiones en agricultura regenerativa que aumentan la seguridad alimentaria y luchan contra el cambio climático en Nepal: sin nuestra comunidad no podríamos producir y distribuir productos de calidad que nutren, curan y devuelven a la Tierra lo que ella nos ha aportado.
Y, sin embargo, nuestras infusiones son mucho más que meros ingredientes; contamos con la innovación y la dedicación de personas de todo el mundo que nos ayudan con el envasado, el envío, la venta al por menor y muchas otras tareas. El té que disfrutas es la suma de todos nuestros esfuerzos; todo un ecosistema de cocreación consciente.
Sobre todo en lo que respecta a la sostenibilidad, nos reconforta saber que no estamos solos. Agricultores, procesadores, transportistas, fabricantes (incluso nuestros competidores): todos trabajan hacia un futuro equitativo y sostenible. Sabemos que nuestros esfuerzos tienen un impacto en el creciente movimiento por lograr el cambio. El informe de sostenbilidad de este año cuenta muchas de estas historias.
Nuestra misión es convertir el té en un instrumento de cambio. Y lo estamos logrando. Taza a taza, inspirados y acompañados por ti y por innumerables personas de todo el mundo que comparten nuestros valores.