Aromaterapia: Los secretos del aceite de lavanda

La planta de la lavanda nos emula los hermosos días de verano. La adoramos por su brillante color y su relajante aroma. Pero, ¿sabíais que esa linda planta se considera un producto universal en la aromaterapia?

Asociamos la lavanda a un mar de flores lila-azulado, al verano en la Provenza y a alegría de vivir. La planta de a lavanda es muy apreciada por su olor cautivador y exclusivo que se emplea en la aromaterapia en forma de aceite esencial de lavanda.

Aquí descubriréis lo que debéis conocer acerca de la lavada curativa y sus múltiples efectos positivos.

Los luminosos campos de lavanda en la Provenza francesa florecen desde comienzos de junio hasta mediados de agosto y desprenden su olor característico. La lavanda es originaria de la antigua Persia y llegó al sur de Francia desde las islas Canarias. La lavanda tiene muchas aplicaciones donde lo principal es el cautivador aroma de la planta.

En la aromaterapia la fuerza de la lavanda se emplea como aceite esencial de lavanda, que se obtiene por destilación de las panículas de las flores de lavanda. Los aceites y las esencias de las plantas surten un efecto positivo en nuestro organismo y en nuestra mente y pueden influir en nuestro estado de ánimo.

El aceite de lavanda se viene empleando desde hace siglos para tranquilizar y relajar. Es apreciado por su efecto equilibrador y puede ayudar a encontrar la paz Interior y armonía. Por ese motivo se aceite esencial de lavanda se suele emplear para quedarse dormido con más facilidad, pues se cree que fomenta un sueño profundo, reparador. El fresco aroma de la lavanda consigue compensar la intranquilidad interior y el nerviosismo y tranquiliza el estado de ánimo.

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